Pensar en punto de cruz es salir de la rutina, aunque paresca rutinario. Pero cuando te sientas al frente de tu telita, lista para empezar es como si el mundo pasara a otro lugar y los problemas estuvieran muy distantes, tan lejos de ti que ni te tocan. Comenzar un trabajo es como emprender un camino, no sabes con que te encontraras, aveces no tienes ni idea cuanto tiempo te tomara realizarlo, simplemente comienzas a caminar, si a caminar, como si andarás por un sendero muy largo y fueras recogiendo en cada momento algunas flores, respiras, pero la verdad es que no piensan en nada, simplemente te dejas llevar y en un momento te das cuenta que vas muy lejos, que el camino andado te ha rendido mucho. 
Así es el punto de cruz, es relajarte, encontrarte contigo misma y suspirar esperando el día en que llegues al final del camino con tu obra terminada.
Un día cualquiera me antoje de comprar una revista y allí indicaban como empezar a bordar y
pues como si yo lo hubiera echo antes, como si hubiera nacido conmigo comencé a bordar y ahora he terminado cuatro cuadros maravillosos, al menos para mi son una obra de arte.
Me ha llevado un buen tiempo, pero al menos ya vendí uno; espero que a ustedes les guste tanto como a mi. Así que aquí les regalo un
pedacito de mi vida, de lo que realmente soy.
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